
La Unidad Sindical de Mujeres Activas de la CNUS (UNISIMAS), junto al Sindicato Nacional de Técnicos de la Salud (SINATESA) y el Sindicato Nacional de Trabajadores de Enfermería (SINATRAE), han expresado su enérgico repudio y denuncia ante los actos de violencia sufridos por la trabajadora Aida Pimentel. La víctima ha sido objeto de amenazas, agresiones físicas y hostigamiento por parte del señor Quirico Seledonia Ferrero Zapata, quien, según los denunciantes, sigue en libertad a pesar de las acusaciones presentadas.
Los sindicatos señalan que Aida Pimentel, quien ha sido desplazada de su residencia debido al peligro inminente, continúa siendo acosada. Las organizaciones denuncian la falta de acción de las autoridades para garantizar la seguridad de la trabajadora, lo que ha permitido que su agresor actúe con impunidad.
Según los representantes de UNISIMAS, SINATESA y SINATRAE, el caso de Pimentel refleja un preocupante patrón de negligencia por parte de las autoridades judiciales y policiales. Aseguran que, aunque la denuncia fue presentada hace casi dos meses, no se han tomado medidas concretas para arrestar al agresor, lo que perpetúa el clima de inseguridad para la víctima.
En el comunicado, los sindicatos destacan que las amenazas hacia Pimentel no solo afectan su bienestar físico y emocional, sino que también limitan su capacidad de llevar una vida normal y desempeñar su trabajo con tranquilidad. Insisten en que este caso es un ejemplo de la falta de protección hacia las mujeres trabajadoras que enfrentan violencia.
Las organizaciones exigen a las autoridades competentes actuar de manera inmediata, arrestando al agresor y garantizando la seguridad de Pimentel. Además, llaman a reforzar las políticas de protección hacia las víctimas de violencia de género, asegurando que ningún caso quede impune.
Finalmente, UNISIMAS, SINATESA y SINATRAE reiteran su compromiso con la defensa de los derechos de las mujeres trabajadoras y aseguran que continuarán alzando su voz hasta que se haga justicia. Subrayan que el caso de Aida Pimentel no debe ser tratado como un incidente aislado, sino como un llamado a combatir la violencia de género de manera efectiva y decidida.